Poeta… tus versos de vida y amor se han desprendido, mas tu corazon ha perdurado en la pluma insigne de creatividad que plasmó tu imaginacion, adiós amigo de nuestra tierra… tus obras… son la sintonía en la imaginación cotidiana de fina tranquilidad que observaron tus ojos claros, expresiones y sentimientos han de perdurar para siempre, es nuestro simple homenaje en tu viaje… a la eternidad.
A través de las letras despedimos a don José Vargas Badilla, esas que le dieron sentido a su vida y esas que lo mantendrán vivo por la eternidad. Mientras haya un joven poeta, un viejo fanático de la lectura o simplemente un libro o poemario esperando paciente en un estante ser tomado y disfrutado por un joven lector.
Don José ha partido en el lugar que más le habría encantado, en su anhelado y querido Pichilemu. Hoy las olas permanecen taciturnas y el mar baila al ritmo de una triste marcha fúnebre por la partida de quien fuera el creador de obras de vasta importancia, principalmente himnos de ciudades e instituciones.
Es así como el legado de don José se mantendrá vivo cada vez que el canto de las rojas camelias sea entonado con orgullo por los habitantes de nuestro San Fernando querido, cuando los hinchas de Deportes Colchagua celebren alegres entonando su himno un nuevo triunfo del club, o cuando los valientes bomberos de la Primera Compañía de Bomberos entonen firme su canto de servicio y solidaridad.
Se va un Hijo Ilustre de la ciudad de San Fernando, y se va en silencio. Hecho que a nadie parece extraño ya que ese es el fin de muchos grandes hombres y mujeres. La ciudad permanece tranquila, aún no dilucida la pérdida que ha sufrido, aún no notamos que se ha ido quien nos ha dado una identidad a través de las letras.
San Fernando y su Codegua natal han perdido a un grande, pero es la mar la que lo despide y lo invita a ascender a escribir en las alturas... Nosotros, quizás algún día nos demos cuenta que el mar dijo adiós a una parte de lo mejor que tenemos mientras seguimos añorando las culturas afuerinas...
Poema extraido de: Cultura Educativa
A través de las letras despedimos a don José Vargas Badilla, esas que le dieron sentido a su vida y esas que lo mantendrán vivo por la eternidad. Mientras haya un joven poeta, un viejo fanático de la lectura o simplemente un libro o poemario esperando paciente en un estante ser tomado y disfrutado por un joven lector.
Don José ha partido en el lugar que más le habría encantado, en su anhelado y querido Pichilemu. Hoy las olas permanecen taciturnas y el mar baila al ritmo de una triste marcha fúnebre por la partida de quien fuera el creador de obras de vasta importancia, principalmente himnos de ciudades e instituciones.
Es así como el legado de don José se mantendrá vivo cada vez que el canto de las rojas camelias sea entonado con orgullo por los habitantes de nuestro San Fernando querido, cuando los hinchas de Deportes Colchagua celebren alegres entonando su himno un nuevo triunfo del club, o cuando los valientes bomberos de la Primera Compañía de Bomberos entonen firme su canto de servicio y solidaridad.
Se va un Hijo Ilustre de la ciudad de San Fernando, y se va en silencio. Hecho que a nadie parece extraño ya que ese es el fin de muchos grandes hombres y mujeres. La ciudad permanece tranquila, aún no dilucida la pérdida que ha sufrido, aún no notamos que se ha ido quien nos ha dado una identidad a través de las letras.
San Fernando y su Codegua natal han perdido a un grande, pero es la mar la que lo despide y lo invita a ascender a escribir en las alturas... Nosotros, quizás algún día nos demos cuenta que el mar dijo adiós a una parte de lo mejor que tenemos mientras seguimos añorando las culturas afuerinas...
Poema extraido de: Cultura Educativa
1 Comentarios:
Recuerdo una vez haber ebtredo a su casa, la cual se encuentra en calle Argomedo, frente a la compañía de bomberos (la segunda creo que es), iba mandatado por la Profesora (así, con mayúsculas) Elena Demur Celis, quien las oficiaba también de monitora del taller literario del José Gregorio Argomedo (lugar donde me mandaban a "estudiar" en la básica), fue ahí donde ingresé a su casa, no recuerdo bien su cara, si recuerdo que fue muy amable conmigo, y que ingresé a su biblioteca, un lugar grande (claro, para un crio como yo en esa época, esa habitación era enorme) lleno de libros, era queno, el tipo era escitor (algunos otros dirían escribidor), le realice una entrevista, la cual fue publicada en los diarios murales del colegio, la verdad hice preguntas muy obvias, nada que destacar, nada interesante o que recuerde, sin embargo creo (o eso quiero creer) que al señor Badilla le gustó la entrevista, y le gustó responder a preguntas sn mucho talento de un chiquillo que escribia cosas, solo para no ser escritor en el futuro.
Destaco eso al señor Badilla, su biblioteca y su buena disposición para atender a un aprendiz (hasta el dia de hoy, a mis 30 años) de escritor.
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